Me sucede que necesito cambiar las mías, pero como en casa quieren creer, pero son más las ganas de
permitirse caer en la depresión, me frenan cualquier cambio energético que
quiera yo hacer.
Y voy a pecar de reiterativa, al decirles creo por enésima
vez, que esto de la evolución no es tarea fácil, pero a diferencia de mi “yo
anterior”, nada me detiene ahora. Aun, cuando tengo personas que, de manera
inconsciente, ignorantes de todo esto (y no lo digo de manera despectiva sino
de que justamente, no saben de lo bello que se trata intentar vivir bien), me
bloquean muchas cosas, ayudan a que mi ánimo decaiga, llegan a provocarme ganas
de ir a la estratosfera por un rato, no dejo JAMAS que esta sensación se
prolongue.
No voy a mentir, puedo estar un par de días así, pero no
todo un día. Explicare esto, ya que pareciera un enredo. Los ánimos de los
seres humanos son como un péndulo: suben y bajan y vuelven a subir.
Si, muchos podrían llamarlos bipolares, pero no...están esos
otros, como yo en algún momento, en los cuales mi péndulo quedaba abajo por
días, sin remontar vuelo.
Ya lo he dicho en otra oportunidad. Todos tenemos el
“derecho” de caer, pero un gran logro es, que una vez que la bolita del péndulo
este abajo, descargar toda nuestra angustia, llorar, gritar patalear, y luego,
intentar subirla, que no quede estancada. Vivamos todas las alegrías con mucha
intensidad, y no sé si estaré en lo correcto, pero las tristezas también, para
que, cuando levantemos vuelo, sea en el estado más limpio, sin ningún dejo de
negatividad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario