Una cosa es ayudar al prójimo, darle una mano, pero el sacrificio es otra cosa, y si una persona lo hace, solo debe ser por uno mismo. Sí, hay que ayudar a las personas, pero en una justa medida, siempre recordemos que primero estamos nosotros, y después el resto, porque las consecuencias que pago ahora por no dejar las cosas en claro en su momento, es el estar enojada, muchas veces recrimino en el momento que no debo, y sobre todo, y lo peor, es que fastidie el día de paz que venía teniendo.
Moraleja, hay que sacar afuera todo lo que no nos gusta, hay que liberarlo en el minuto correcto, con la personas correctas, y de la manera correcta, no hay que acumularlo, porque si no, esto va a explotar más adelante, y quizás nos metamos en problemas por ello, sin ninguna necesidad o lo haremos con las personas equivocadas, porque muchas veces nos guardamos las cosas por no herir al otro, pero siempre podemos aclarar todo sin llegar a la agresión, aunque lo más probable es que nuestro interlocutor no lo toma de la mejor manera en su momento, porque muchas veces creen que nos estamos revelando, creo que si lo hacemos de modo inteligente, terminan entendiendo.
Y acá tenemos otro punto para apreciar: cuando creen que, en nuestra decisión de hacer valer lo que pensamos y deseamos, creen que nos REVELAMOS.
