Powered By Blogger

martes, 20 de diciembre de 2011


                                    
                                                   CAMBIOS

Bueno, como ya conté, he dado vuelta la página, estoy en una nueva ciudad, más grande que la anterior y con más cosas por hacer, al principio pensé que me iba a asustar pero no, estoy tranquila, porque creo que cada vez que salgo a hacer las compras, a visitar a mis hermanos, o simplemente a caminar con mi mama, voy a encontrar a alguien que me mire, que me sorprenda, que me enseñe, o, porque no, que sea mi amigo/a.
A veces siento que algo me está faltando, es como si tuviese un agujero dentro el cual debo llenar, sé que en algún punto es el amor lo que cubrirá ese hueco, pero también sé que es con paz, como si quisiera meter más y más equilibrio, necesito mucha más paz aun.
Es por eso que me anoto en cuanto curso gratuito encuentro, feng shui, metafísica…pero todavía existe un pequeño desorden dentro de mí que no lo puedo encontrar, no lo puedo descifrar. Calculo que cualquier persona me mandaría a un psicólogo, pero como desde  hace tiempo me  comprometí a ayudarme a mí misma, debo tener paciencia y resolverlo.
Hace un tiempo vi una película hermosa con Julia Roberts llamada “Comer, rezar, amar”, se trata sobre una mujer la cual su vida se había convertido en un caos y viaja para buscar la paz interior. Pero lo que más me quedo del film, es la parte donde ella le dice (más o menos) a uno de los personajes que está pensando en cómo decorar su propio templo cuando vuelva a los Estados Unidos, este le contesta porque está buscando un templo afuera, si es dentro de ella donde se encuentra (las palabras no son exactas, pero es lo que yo entendí), y creo que es eso…que estoy tratando de buscar mi templo interior e intento decorarlo con sabiduría.
Pero mientras escribo, me doy cuenta que no puedo decorar algo si levante las paredes, pero aún falta la ambientación, y que es eso?, LA PAZ, sip, es como si siempre me faltara ese “touch”, porque aún sigo alterándome por ciertas cosas. No pretendo ser  Dalai Lama, ni Sai Baba, pero si estoy en búsqueda del descanso espiritual, de que cuando estoy en medio de una discusión, mirar a la otra persona y decirle, aunque sea mentalmente, “está bien, respeto que no me entiendas”