Y venía haciéndole un ole! al temita del amor. Es algo que
nunca sentí, o si, a mi manera muy particular por supuesto, ya que hace poco me
di cuenta, que me amaba a mí misma, amaba como me sentía yo con el otro, amaba
sentirme acompañada, amaba que podía hacer cosas por el otro, pero eso no es
bueno.
El amor creo que es otra cosa, es sentir que el otro está
por sí solo, que lo que hago es por esa persona, que no existe solo para
sentirme acompañada.
Una vez leí que, para conocerse a sí mismo/a, hay que
aprender a estar solo/a, y, como soy de las que necesitan comprobar todo como
la ciencia, lo hice y puedo decir que es totalmente cierto. Aprendí a saberme,
a conocer que es lo que necesito, a poder saber identificar si lo que me están brindando
me sirve o no, a hacer cosas porque me sale del alma, porque deseo sentir hacer
cómodas a las personas, a que me siento bonita sin que haya alguien diciéndomelo,
a saber convivir conmigo misma para poder invitar a ese hombre que llegue, a
ser partícipe de mi vida y no solo una mera compañía.
También, antes de pensar qué tipo de persona deseamos que se
acerque a nuestra vida, debemos poder hacernos cargo de que somos capaces de
dar, pero no para “demandar” lo mismo, sino para no decepcionarnos si a la otra
persona no le sirve. Porque eso puede suceder también, el fijarnos en alguien a
quien no le es útil lo que poseemos, pero no debemos sentirnos mal, todo lo
contrario, deberíamos decir “lo siento, esto es lo que estoy dispuesto/a a entregar,
quizás no te sea suficiente, pero me costó muchísimo saberme, deseo que
consigas a la persona que cumpla con tus expectativas, yo pude cumplir con las mías”.
Y sé que será dificilísimo actuar de esta manera, pero
considero que será el primer paso mejor dado en nuestras vidas, porque nos
estaremos demostrando que nos amamos, no de una manera narcisista, sino muy
pura, bella y sobre todo necesaria.
Mientras sigo conociéndome día a día, descubriendo dentro de
mí lo que hay, disfrutándome…dejo lugar a que llegue ese amor, ese “socio de la vida” como lo llamo mientras lo visualizo, esa persona
a la que complazca, a la que le complemente lo que tengo para ofrecer, y
viceversa.
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